¡Wow, lo recuerdo! A mis 15 me sentía tan grande… Recuerdo la primera vez que alguien me llamó "joven"; se sintió tan raro que me dio hasta risa (nada raro a los 15, ¿verdad?). Ahora, a mis 31, puedo decir que tengo la misma energía y [en gran parte] la misma forma de pensar que tuve en ese entonces. Muchas responsabilidades y experiencias se han añadido, pero duplicar mi edad no ha cambiado la esencia de quien soy, mis ganas de correr bici, ni de hacer y deshacer cosas por ahí.
¡Los quince, los quince! Me sentía tan grande y en control de mi vida... Pensando acá, nunca tuve el desespero de cumplir la “mayoría de edad”, como a muchos les pasa... ¿Pa' qué? Si desde los 13 podía hacer casi todo lo que quería con muy pocas restricciones (aunque viví a lo loco, cada experiencia contribuyó a la persona que hoy soy, aunque muchos no entiendan). A mis 13 años empecé a experimentar con muchos tipos de drogas y salía a la calle a la hora que quisiera sin muchas explicaciones.
Mi "algaretismo" se intensificó cuando estuve 2 años sin ir a la escuela (desde mis 13 a 15). Aunque suene terrible, debo decir que para mí fueron tremendos tiempos y los disfruté un montón, pues siempre detesté la escuela. Soy el tipo de personas que aprende más fuera de la escuela que dentro de ella; que no soporta la presión de "apréndete esto aunque no te interese el tema"; me sentía preso encerrado en un salón con tantas reglas y pruebas de inteligencia que nunca funcionaron. ¡Yo no era lo que decían las notas; no soy promedio, Deficiente ni Fracasado!
[La mayoría de lo que sé, lo debo más a los libros que leí desde mis 24 años que a cualquier escuela; no todos aprenden de la misma manera.]
Aún no puedo creer que me gradué de cuarto año. Sinceramente nunca creí que lo lograría y -hasta cierto punto- creo que nunca lo tuve como una meta; realmente no me importaba (y ahora que escribo a mis 31, me doy cuenta que el diploma nunca ha sido necesario en mi vida, por lo cual no carga ningún valor emocional para mí, no sé dónde está, ni tengo interés en buscarlo). Por cierto, no asistí a mi graduación (de verdad odiaba la escuela)… Creo que asistir a la escuela fue mi versión de “estudié esto o aquello para complacer a mis padres” que muchos sufren en sus años universitarios, así que hasta cierto punto puedo entender a quienes han pasado por eso.
Me parece que esa historia se repetirá a través de mi vida y al fin entenderé por qué las personas de 60 años dicen que a los 45 uno es joven y los de 45 dicen que los de 30 son unos muchachos, así como ahora digo que los de 15 son unos nenes (pero me siento como uno de ellos, porque en mi interior nunca crecí y me lo disfruto a diario).
No sé tú, pero para muchos quinceañeros, cualquier persona mayor de 25 (la temida "peseta") ya era "vieja" y era motivo de exclusión. ¿Y los de 40? ¡Olvídate, esos eran unos señores aburridos que solo escuchaban "oldies"! ¿60? ¡Bendito, ya mismo se mueren los viejos estos!
Ahora que voy aumentando en edad, noto que realmente muy poco cambia; el mismo Emmanuel que jugó Legos por horas en su cuarto de niño, que dibujaba mientras la Maestra hablaba, que solo entraba al salón de computadoras a hacer música en la PC a espaldas de la Maestra, que miraba con intriga la chimenea de la Central Victoria mientras sus papás guiaban a no-sé-dónde, sigue con las mismas ganas de construir, dibujar, hacer música y explorar. Sigue ahí; es el mismo. El tiempo ha pasado, pero muy poco ha cambiado. ¿Puedes decir lo mismo de ti?
Al parecer, no nos damos cuenta de lo larga y corta que es la vida y -por alguna razón- creemos que el tiempo no tendrá efecto sobre nosotros... Sin notarlo, pasamos de tener 15 a cumplir 30, 45, 60, 75, 90... Digamos que tenemos varios quinceañeros en la vida, solo que no los celebramos de la misma manera. Aunque mi cuerpo pueda llegar a traicionarme, estoy seguro que en mi interior siempre estará el mismo niño, que las vivencias no le cambiarán y ahora "de grande" podrá hacer todo lo que un día soñó.
(No los olvido; hay un grupo que llega a sus 7 quinceañeros (105+), pero estos son mucho más escasos.)
Nuestros sentimientos de logros y fracasos se hacen más presentes. Cuando teníamos 15, posiblemente no nos importaba (pues sentíamos que éramos responsabilidad de nuestros padres o encargados). ¡15 minutos más tarde, despertamos y tenemos 30! Nos preguntamos: “¿cómo rayos pasó el tiempo tan rápido?” y pensamos cosas como "mi graduación fue hace DOCE años!"... En momentos como este, solemos notar que gran parte de nuestros planes aún no se han concretado y podemos sentirnos motivados a luchar o mal por ello... En ocasiones MUY MAL. No puedo hablar más de ahí porque tengo 31 y no quiero escribir demasiados disparates.
No me desprecies por tener una historia no-muy-linda de mi adolescencia, ni por decir que odié la escuela; solo es mi realidad y parte de quien soy. Así como muchos guardan memorias hermosas de su adolescencia -a pesar de la forma en que viví- yo también tengo muy buenos recuerdos de ese tiempo.
Autodidacta, Artista Gráfico, Fotógrafo Aficionado, Agricultor, Diseñador Web, Productor Musical y dos o tres cosas más, supongo.
"Donde hay un boricua hay fiesta: somos unidos y tratamos de seguir nuestras tradiciones. Hasta parrandas hacemos en las Navidades." Una pareja de boricuas nos cuenta como es la vida para los Puertorriqueños en Japón.
Impactantes relatos de ex empleados de diferentes restaurantes y "fast foods".
Tienes un niño interior que nunca muere. No importa cuánto trates de ocultarlo, ignorarlo o callarlo, estará contigo hasta tu último respiro. Has madurado y cambiado la forma de ver muchas cosas, pero siempre estará en ti, porque eres tú.