El trabajo que odias

Emmanuel Pérez
3/11/17

Como son las cosas...

Hablando con una amiga, escribí el 70% de lo que verás aquí. Terminada la conversación, edité un poco el texto y, bueno... Aquí está:

Mi primer trabajo

Trabajé 5 años en Mc Donald's y mi horario era la envidia de muchos: 11 AM a 7 PM con sábados y domingos libres (me gané este horario por un trato que hice con la gerente general). Aunque llegué a odiar mi trabajo y detestaba despertar en las mañanas para ir a él, siempre mostraba una buena cara a los clientes, pues la decisión de trabajar ahí la tomé yo, no ellos. Recuerdo haber sido uno de los empleados más rápidos del lugar, cualidad sumamente importante en un "fast food".

Desmadre de carnes en un McD cerca de ti. Foto de alguien por ahí...

La renuncia

Cierto día, una gerente me estaba haciendo un "warning" por algo (no recuerdo ni qué era), solo recuerdo que no estaba en mis planes firmarlo, así que simplemente me fui antes que ella terminara de escribirlo. Sin carta de renuncia ni nada; simplemente me fui (no pretendía firmar algo con lo que no estuviese de acuerdo). Era tan valioso para el dueño y gerente general que en cierta ocasión me vieron (vendiendo coquitos) y me dijeron "tienes las puertas abiertas", pero seguí por mi cuenta.

Desde muy temprano en este trabajo pude notar que tenía problemas con ciertas figuras de autoridad y solía retarles constantemente, exigiendo razones con lógica para hacer o no hacer cosas (esto me pasó en todos los trabajos, excepto el siguiente, porque no había mucha interacción con supervisores).

Segundo empleo

Al día siguiente, me fui a solicitar trabajo en Génesis Security (para trabajar como guardia de seguridad). Fui porque tenían fama de contratar a todo el mundo (empezando por mis locas amistades de ese tiempo). Fui, hice algunos de los trámites y al día siguiente salí con el uniforme (recuerdo que llegué llorando a mi casa pensando "¡voy a ser un guardia de palito!"). Una vez dentro, pasé 2 años trabajando como "operario" en la Ruta 66.

¡Esta fue mi oficina por un buen tiempo!

Gracias a las largas horas de inactividad en las rampas de 75¢ me "pulí" en varias cosas a la vez. Aproveché todo ese tiempo de aburrimiento y lo convertí en mi propia universidad: comencé a leer y leer... Empecé a llevar enciclopedias en mi bulto (iba en bicicleta desde Villa Carolina) y así pasaba mis horas. Cuando no leía, llevaba laptops de mis clientes para arreglarlas, mi guillotina para cortar tarjetas de presentación, hacía marcadores de libros y hasta vendí litros y galones de coquito que preparaba junto a mi mejor amiga en mi casa (todo esto sin conocimiento de los supervisores).

La promo...

¡Promoviéndome como sea, ya tú sabes!

El "making"

Preparando las botellas de coquito y dando tarjetas de presentación.

Marcadores de libros

Impresos en casa (con la impresora LASER que compramos con las ganancias de los coquitos); laminados, cortados y pegados en la Ruta 66. Mi visión era: "si me botan, ¡que me boten!" Cuando uno tiene corazón de emprendedor rompe muchas reglas en el camino. No digo que esto sea o no bueno; solo te cuento mi historia: mientras otros se dormían en la caseta, yo producía. ¿Te identificas?

Trabajar en el peaje fue una de las mejores cosas que me pudo pasar; fue un tiempo sumamente productivo.

La renuncia

En noviembre del 2011, los peajes a nivel isla reemplazaron cientos de empleados por computadoras (Auto Expreso). En respuesta a esto, Génesis Security organizó una reunión para reubicar a quienes pudiese. Yo, en vez de ir para un nuevo puesto, opté por ignorar la reunión (por eso le llamo "renuncia" a esto), fui a la odiosa fila del "desempleo" y seguí haciendo mis cosas (en ese tiempo arreglaba computadoras, vendía coquitos, T-Shirts estampadas, tarjetas de presentación y hacía páginas de internet).

A los 6 meses de estar "sin trabajo", recibí una carta de que se me habían "agotado los fondos" y dejaron de depositarme el dinero del desempleo... Tenía la opción de ir, pero pensé "¡que se chave; no vuelvo a la fila esa; yo puedo solo!", y así empezó esta otra temporada...

Deudas

Así estuve por dos años: pagando mi bello Lancer 2008 y mi apartamento, pero con el tiempo, la cosa se fue complicando y "¡adiós carrito!" Ahí ahorré mucha gasolina y mensualidad; eso me hizo más fácil pagar mi apartamento, aunque lógicamente me era más difícil llegar a los clientes, pero siempre alguien me prestaba un carro (pórtate bien pa' que te ganes la confianza de la gente).

Más trabajo

Fue difícil ubicarlo en este texto, pero mientras trabajé en el peaje, también trabajé para un cubano en Río Piedras, con quien aprendí muchísimo sobre serigrafía (un tipo de arte para hacer diseños en T-shirts). Me pagaba $5.50 la hora en tiempos de $7.25, pero yo estaba feliz porque estaba aprendiendo.

La renuncia

Poco tiempo después, empezaron los problemas de ego porque rápidamente adquirí más conocimiento que él en ciertas áreas (¡gracias, Google!) y empecé a romper sus reglas para hacer un trabajo mejor. Luego de varias faltas de respeto de su parte, me harté, le pedí mi dinero y no le volví a ver. Mi tiempo trabajando para él fue uno de mucho crecimiento.

Más tarde

Luego trabajé "on call" para un colegio. Se supone que fui para hacer una página web, pero terminé haciendo de todo (aquí también crecí muchísimo, aunque el 80% de mi día me veía abrumado por el trabajo, el estrés y el desorden que tenían [una de las cosas que más detesto]). Trabajé como artista gráfico, diseñador web, secretario de vez en cuando, cocinero (todo en un mismo día)... ¿Qué no hice? ¡Hice de todo! Pero esto también me ayudó a crecer.

Uno de mis trabajos en el colegio.

¿Y ahora?

Gracias a cada empleo que tuve, me convertí en algo así como un "one man army" (un ejército de un solo hombre). Me explico: cada experiencia me dio herramientas útiles para mi tiempo como emprendedor (algunas de las cuales aún uso a diario):

Mc Donald's

"First in - first out": Esto significa "lo primero que entra, es lo primero que sale". Este principio me ha ayudado grandemente a trabajar mejor cada orden que me hace un cliente; también me ayudó mucho al trabajar haciendo coquitos.

Manejo de alimentos: Definitivamente fue de mucha ayuda saber ciertas cosas para cuando vendimos coquitos; fechas de expiración, temperaturas de almacenamiento, contaminación cruzada...

Génesis Security

El hábito de la lectura: Aunque aprendí varias cosas en cada trabajo, leer ha sido la herramienta más poderosa que he adquirido (leyendo he aprendido a hacer casi todo). No era parte de mi trabajo, pero fue gracias a el tiempo libre que pude desarrollar esta destreza.

Con el cubano

Prospectar: Este tipo era un mostro en las ventas; mientras muchas personas se quedan en sus kioskos esperando a que los clientes lleguen, este hombre iba a colegios y compañías grandes a buscar nuevos clientes. En tiempos de poco trabajo, sacaba la guía telefónica y llamaba a más negocios. Me contó que cuando joven empezó vendiendo camisas casa por casa.

En el colegio

Trabajos de oficina: El 80% de las cosas que sé hacer en una oficina (redactar cartas, formatos de documentos, entrar datos y organizarlos mejor [aquí el orden lo puse yo, no ellos ¡jaja!]) se lo debo a esta temporada de mi vida (y, créeme: si emprendes necesitarás trabajar ciertos papeleos inesperados, quieras o no).

¡No te quejes!

La próxima vez que sientas quejarte de tu trabajo actual, recuerda que cada experiencia te servirá de herramienta para darle forma a tu sueño. Piensa detenidamente en las cosas que puedes aprender bien (dije de-te-ni-da-men-te; siempre hay algo); no importa lo odioso e inservible que te parezca lo que hoy haces, puedes sacarle provecho si te lo propones, créeme.

Consejo

Ten siempre tus metas claras en la mente, en tus libretas y siempre en tu boca; habla sobre las cosas que tendrás y no dudes. Dios nos hizo a su imagen y semejanza y así mismo como Él creó casi todo con solo mencionarlo, nosotros tenemos ese poder (si no crees en Dios, simplemente sustituye "Dios" por lo que gustes y recibe el mensaje por lo que es; ¡así de fácil!). Las cosas que uno habla tienen mucho poder e influencia sobre nuestra realidad. Llámale "fe", ley de atracción", causa y efecto", "intención" o como quieras, pero todo es una misma cosa: somos creadores; con nuestras palabras y pensamientos creamos bien y mal; traemos riquezas y pobrezas para nosotros mismos. ¿Haz notado que los que viven quejándose van de mal en peor? ¿Crees que es casualidad?

Si esto te ha servido de algo, ¿qué esperas?

¡Emprende!

Emmanuel Pérez

Autodidacta, Artista Gráfico, Fotógrafo Aficionado, Agricultor, Diseñador Web, Productor Musical y dos o tres cosas más, supongo.

¡Sígueme!

¡Sigue a Proyecto787 en FB!

¡Comparte tus pensamientos con miles de personas!

¡Toca aquí para enviar tus escritos!

El ciclo de un emprendedor

Los altibajos de la vida de un emprendedor y cómo sacarle provecho a tus tristezas.

¡Tus problemas te harán crecer!

Se que tú también tienes momentos difíciles con tus clientes. Está en ti frustrarte o crecer con cada situación...

La inservible guerra de los "likes"

Unas líneas sobre la batalla silenciosa de los "likes". Sus beneficios, su engaños y sus efectos en nuestros negocios.